100 AÑOS DE LA PRESENCIA DE LA MUJER EN LA OBRA DE SCHOENSTATT

Gertrud von Bullion, puso los fundamentos. Su profundo amor a María, su notable fidelidad y perseverancia movieron al Padre Fundador a aceptarla para formar la Liga, con el compromiso de traer a otras mujeres en agosto de 1920.

 

De modo que el 8 de diciembre de ese año junto y su prima Marie Christmann sellaron la Alianza de Amor con la Santísima Virgen, abriendo la puerta para las mujeres. Al respecto ella escribe: "Trasladémonos espiritualmente al Santuario... allí reina ella la Purísima, junto a su Hijo Divino oculto en el sagrario ... digámosle que queremos ser santas y ayudar también a otros a ser santos; pero que sólo Ella puede ayudarnos a alcanzar la meta."

 

Su consagración marcaría el comienzo de la columna femenina; nace la Federación de Mujeres como primera comunidad, de la que posteriormente se desarrollarían los dos Institutos. Así en el año 1926 miembros de la Federación pasan a fundar las Hermanas de María y en el año 1946 el Instituto Nuestra Señora Schoenstatt (Frauen).

 

El 8 de diciembre de 1940, al cumplirse 20 años de la primera consagración, el Padre Fundador reconoce su virtud: "Esta inmensa fecundidad de la columna femenina de Schoenstatt se debe ante todo a aquellas mujeres en las que se aunaron grandeza y sencillez y que literalmente se consumieron por la Obra. Pienso sobre todo en Gertraud von Bullion ...lleno de respeto me inclino ante su grandeza."

 

De la mano de nuestro Padre y Fundador, este centenario nos invita, a recordar el camino recorrido bajo la fiel conducción de nuestra Madre y Reina y los instrumentos que como Gertraud se han entregado a lo largo del tiempo por el desarrollo de la fecunda y bendecida vida de las Ligas, Federaciones e Institutos. En este sentido el Santo Padre el año pasado, en el día de la mujer, señaló:

 

"La mujer es la que hace hermoso el mundo, que lo custodia y lo mantiene vivo. Lleva la gracia que hace las cosas nuevas, el abrazo que incluye, el coraje de entregarse. La paz es mujer. Nace y renace de la ternura de las madres. Por eso el sueño de paz se realiza mirando a la mujer... La mujer... lleva al mundo el sueño del amor. Si amamos el futuro, si soñamos con un futuro de paz, debemos dar espacio a las mujeres". (Papa Francisco, 8 marzo 2019).

 

Queremos dar gracias a Dios Padre por el regalo que ha hecho a la mujer desde Schoenstatt, reencantarnos con nuestra esencia, acoger los desafíos que acompañan a la mujer de este tiempo y desde el Santuario como instrumentos de la Mater animarnos a mirar y avanzar juntas hacia el futuro.