Evangelio sábado 17 de octubre

Sábado 17 de octubre de 2020 | Gonzalo Manzano

17 de OCTUBRE del 2020

Evangelio según San Juan capítulo 12, 24 – 26

Sábado de la Vigésima Octava Semana de Tiempo Ordinario

San Ignacio de Antioquía. Obispo, mártir, Padre y Doctor de la Iglesia. Memoria obligatoria.

"En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. 2. Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará."

Meditación de Gonzalo Manzano González

"Si muere, da mucho fruto"

Jesús parece decirme: Esto es lo mismo que el mandamiento que les di. Ámense unos a otros, como Yo los he amado. No hay mayor amor que dar la vida por el otro. Ese amor que se olvida de sí para darse por entero al prójimo es lo mismo que hace el grano de trigo. Por eso los invito siempre a darse, a dejar el egoísmo y regalarse para alegría de otros y del Padre. Quiero verlos felices, y si entre todos se regalaran alegrías, a nadie le faltaría. Dejen las mezquindades del egoísmo, y piensen más bien en el enorme tesoro que tendrían incluso en esta vida, si regalaran alegrías a todos.

Este Evangelio me muestra nuevamente lo que con mi señora quisimos regalarnos en nuestra familia. Me hace darme cuenta de todas las veces que no he cumplido con mi propia promesa, y me llama a volver a regalarme por entero a la tarea de ser un mejor esposo, ser un mejor amigo, profesional, vecino, ciudadano, ser una mejor persona. Para esto, creo que es necesario que rece más, para así tener más y más presente a Cristo en mi día a día. Ahí, mi horario espiritual se vuelve esencial.
Señor Jesús, maestro y ejemplo de entrega gratuita, te ofrezco mi muerte por los demás. Que en cada momento ofrezca mi vida para alegría de los demás, y que el amor que nos enseñaste y demostraste en la Cruz, sea el ejemplo preclaro de cómo debo hacer para regalarle al mundo un poquito de alegría. Madre Admirable, llévame desde nuestro Santuario Hogar al mundo entero, y enséñame a asemejarme a tu Hijo, para ser un grano que de frutos que sean agradables a tu Hijo.

AMÉN

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