Evangelio viernes 24 de julio

Viernes 24 de julio de 2020

24 de JULIO del 2020

Evangelio según Mateo, capítulo 13, 18 - 23

Viernes de la Décima Sexta Semana del Tiempo Ordinario

Escuchen, entonces, lo que significa la parábola del sembrador. Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla al borde del camino. El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta en seguida con alegría,
pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe. El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto. Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno".

Meditación de nuestro equipo.

"Escuchen"

Jesús parece que dijera: hoy los invito a escuchar. Escuchar implica en primer lugar, callar y no solo la boca sino también acallar el pensamiento y los ruidos internos y externos. Solo así se puede disponer el corazón a escuchar. Y aquí está el segundo requisito para escuchar: disponer el corazón y la mente. Entonces cuando pelean, no se escucha, hay mucho ruido. Cuando le dan vueltas en la cabeza a los problemas y preocupaciones, tampoco se puede escuchar. Muy bien, busquen el silencio, la calma y luego de un pequeño ejercicio de respiración y relajación, dispónganse a escuchar. Estoy hablando fuerte y claro.

Me hace tanto sentido la frase: no hay peor sordo que el que no quiere escuchar. Es tan cierto eso. Me hago la desentendida cuando lo que tengo que escuchar implica un esfuerzo de mi parte. Creo que la escucha atenta es lo que más se puede cultivar en este tiempo. No tengo tantas distracciones como cuando se sale. Y además creo, que después de tantos días de encierro, es mejor estar más callada para mantener un mejor clima. Haré el esfuerzo por escuchar las voces del tiempo y las voces del alma. Me gusta la sugerencia de respirar y relajarse previamente. Probaré 5 minutos diarios.

Querido Señor, nos estás hablando claro en estos tiempos tan especialmente diferentes. No quiero perder la oportunidad de escuchar con claridad tu voz para que cause una reacción positiva en mí y en mi entorno. Hazme reconocer tus mensajes, a valorar lo positivo de estar con toda la familia reunida por largo tiempo. Hazme reflexionar sobre la nueva mujer que quieres que sea después que termine esta difícil situación. Que María sea mi ejemplo y pueda encontrar en ella las respuestas a los mensajes que recibo todos los días. Dame paciencia y esperanza para vivir más confiada.

AMÉN

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