Extracto Conferencia del P. Kentenich, sobre el símbolo del Padre

Extracto Conferencia del P. Kentenich, el 22 de Enero de 1967,

en Dietershausen, Fulda, Alemania.

“¿Qué queremos hacer hoy? La Virgen despertó en nosotros el anhelo de colocar en su Santuario el Símbolo del Padre. Este acto tiene un doble significado. En primer lugar es un testimonio: La Virgen se manifestó en su Santuario como remolino de Cristo y del Padre.

…Los que vivimos de la espiritualidad de Schoenstatt sabemos que el fundamento para reconocer la voluntad de Dios en nuestra vida es la fe práctica en la divina Providencia. Esta fe se constituyó en nuestra cosmovisión schoenstatteana. Es una fe en la Divina Providencia que trata de descubrir la voluntad de Dios en cada pequeño suceso y hasta en el más insignificante. Se sobreentiende que donde obra una fe en la Divina Providencia de tal magnitud, se piensa siempre en el correlativo: el Padre Dios. La fe en la Divina Providencia y el Padre Dios se corresponden mutuamente. Es por eso natural que hablemos tanto del Padre Dios, y que el reino del Padre florezca y se desarrolle.

Ya que la fuente para conocer el deseo y la voluntad de Dios es para nosotros la fe práctica en la Divina Providencia, debía aparecer en el horizonte de la Familia la persona del Padre Dios que nos ama ricamente. De algún modo se podía esperar este desarrollo, ya que desde siempre estuvimos convencidos de que el problema principal del tiempo actual es la ausencia de una profunda vinculación a Dios.”

“… La Sma. Virgen nos ha sugerido poner en su Santuario el Símbolo del Padre, y este acto es para nosotros un testimonio. A través de él atestiguamos que la Mater guió admirablemente bien a la Familia. El Reino Mariano se transformó en un Reino de Cristo, y en un Reino mariano del Padre.

El acto es una súplica. El acto que estamos  realizando es también una súplica. Desde aquí (este santuario) la Santísima Virgen quiere obrar como Educadora de la élite y del pueblo en general. Uds. saben lo que significa eso. Ella quiere educar al hombre nuevo y a la comunidad nueva, en que el espíritu del amor vence al espíritu del odio y une a los hombres entre sí.

El sentido de nuestra vida consiste en volver al Padre del cual procedemos. Jesús nos lo enseña aplicado a su propia vida: “Salí del Prade y he venido al mundo. Ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre” (Jn. 16, 28). ¡Hacia el Padre va nuestro camino!

….¿Cuál es el sentido de la historia como historia de salvación? Visto desde Dios se trata de la búsqueda de los elegidos por Cristo, en el Espíritu Santo. Y visto desde los hombres, el retorno victorioso de los elegidos  por Cristo, en el espíritu Santo al Padre. Nuestro lema es: ¡Hacia el Padre va el camino!