Apostoles de Maria
Que las apóstoles experimenten cómo la pureza es un don que tenemos que cuidar y cultivar. Si no, corremos el riesgo que nuestra pureza se marchite y lo que es peor: sea manipulada por otros que no son Dios. El respeto me ayuda a que florezca y crezca mi azucena y el Manto de María a protegerla.
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