Evangelio jueves 9 de mayo

09 de MAYO del 2019

Evangelio según San Juan, capítulo 6, 44 - 51

Jueves de la Tercera Semana del Tiempo de Pascua

Jesús dijo a la gente: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí. Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre. Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna. Yo soy el pan de Vida. Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo".

Meditación Ignacio Suazo Zepeda

Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre.

Jesús parece decirme: si ustedes pueden conocer a Dios es porque Él se les ha querido revelar, nunca lo olvides. Si ustedes pueden amar a Dios, es porque Él los amó primero. Esa revelación a través mía. Tu que eres cuerpo y alma necesitabas una salvación manifestada en cuerpo y alma. Por eso me necesitas a mí y a la extensión de mi cuerpo en el mundo, que es la Iglesia. Y el que me ve a Mí, ve al Padre y puede entender en parte el misterio de mi Padre, porque soy una sola cosa con EL

A veces escucho a gente que dice cree en Dios, pero tiene una imagen vaga de lo que es Jesús. Otros, que es aún más habitual, dicen creer en Jesús, pero no en la Iglesia. Jesús me recuerda que hacer esas distinciones es imposible, pues sólo podemos conocer a Dios de forma vital usando el medio que Él mismo ha dispuesto para darse a conocer, a saber, el vínculo con su Hijo a través de la Iglesia, que es la comunidad de los convocados o llamados.

Jesús, nadie da lo que no tiene. No podré dar testimonio de que Tú eres el camino a Dios ni de que la Iglesia es el camino hacia ti si es que no lo vivo yo primero. Pido todos los días de que no haya alegría más grande para mí que mostrarles a otros cómo el Padre Dios conduce al mundo hacia la Vida a través de la Iglesia, pero hace tiempo que yo mismo no medito en cómo el Padre hace ese proceso conmigo. Señor Jesús, que use mi tiempo decididamente para encontrarte a través de la meditación de la vida, que es la forma schoenstattiana de hacer vida las palabras que hoy nos regalas en el Evangelio.

AMÉN