02. Los lugares de gracias en la vida de la Iglesia

P. Rafael Fernández

Los "lugares de gracias" en la vida de la Iglesia.

Dios está presente y actúa en todas partes. Sin embargo, en ciertos lugares, se manifiestan y se hacen experimentables y fecundos, de manera especial, su cercanía, su amor y su acción. A estos lugares se les denomina "lugares de gracias", lugares de peregrinación o "santuarios".

Su origen es diverso. Muchas veces se remontan a intervenciones extraordinarias o milagrosas de Dios, de María o de algún santo. Sólo los hechos que allí acontecen (el flujo de peregrinos, la renovación de la fe, eventualmente los milagros de orden físico) muestran concretamente la realidad de la intervención especial de Dios.

Así como en la naturaleza encontramos unas zonas más fértiles que otras, así sucede también con los lugares de peregrinación. Es como la acción del sol, que en algunas regiones hace madurar frutos más maravillosos que en otras. O, tomando otra imagen, así como en ciertos lugares existen saludables fuentes termales, así también en el Reino de Dios encontramos determinados lugares donde el Espíritu de Dios se muestra especialmente activo y eficaz.

Que la gracia de Dios o la intervención de María se ligue especialmente a ciertos lugares, no debe extrañarnos: corresponde al modo de conducción normal de Dios en la economía de la salvación: él toma en serio a la naturaleza de su creatura y ésta comprende el espíritu y el cuerpo. Por ello el Señor se vale de lo material (del agua en el bautismo, del pan y del vino en la eucaristía, etc.) para hacernos llegar su gracia a través de lo sensible. En el caso de los santuarios, se vale de lugares elegidos por su Providencia Divina.