Emparejar la cancha

Uno de los temas más recurrentes en Latinoamérica estos últimos años es la desigualdad. A pesar del intenso debate que ha surgido, una solución definitiva aún parece lejana. ¿Qué es lo que falta para lograr la igualdad?

Lunes 10 de noviembre de 2014 | P Hugo Tagle

Libertad e igualdad, su integración y justa combinación, son de los temas que han saltado a la agenda pública con fuerza en las últimas semanas. Ya sabemos que no se trata de quitarle los patines a unos, sino de colocárselos a los otros, a los que van más lento, producto de una cancha dispareja, donde no hay igualdad de oportunidades. Sabemos también que no basta con un PIB mundial más alto: se requiere cohesión, confianza entre las personas y naciones, sentido de pertenencia a un proyecto de humanidad común, mayor inclusión, pasar de la política de los atrincheramientos, mentalidad de Ghetto, a la de cooperación y colaboración. Se trata de combinar creadoramente tanta libertad como sea posible, dentro de un marco social que permita un crecimiento armónico y justo, de manera que éste devenga en una espiral virtuosa y no estéril. En un escenario de crecimiento solidario, todos ganamos.
La sociedad no es una suma de individuos aislados; su integración es lo propio humano. "La fraternidad genera paz social, porque crea un equilibrio entre libertad y justicia, entre responsabilidad personal y solidaridad, entre el bien de los individuos y el bien común" dice el Papa Francisco. Construir sociedad supone responsabilidad por el otro. Para ello, debo sentirme comprometido con quien tengo a mi lado. "La solidaridad cristiana, dice el Papa, entraña que el prójimo sea amado no sólo como un ser humano con sus derechos y su igualdad fundamental con todos, sino como la imagen viva de Dios Padre, rescatada por la sangre de Jesucristo y puesta bajo la acción permanente del Espíritu Santo, como un hermano".
Lo propio cristiano es incluir al otro, esperar al rezagado, tender una mano al caído. Esto que pareciera exclusivo de una mirada religiosa, no lo es. Lo cristiano viene a ser lo humano. Pensar y buscar el bien del otro me conviene, conviene a todos.
"La falta de fraternidad entre los pueblos y entre los hombres es una causa importante de la pobreza" dice el Santo Padre. La mejor inversión de quien tiene, y quiere tener más legítimamente, será ir en ayuda de quien tiene menos. "Se necesitan políticas dirigidas a atenuar una excesiva desigualdad de la renta" dice el Papa. "Las graves crisis financieras y económicas –que tienen su origen en el progresivo alejamiento del hombre de Dios y del prójimo, en la búsqueda insaciable de bienes materiales, por un lado, y en el empobrecimiento de las relaciones interpersonales y comunitarias, por otro– han llevado a muchos a buscar el bienestar, la felicidad y la seguridad en el consumo y la ganancia más allá de la lógica de una economía sana". Llegó la hora de revisar la forma de construir sociedad y nuestros estilos de vida. Ganamos todos.

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