Evangelio domingo 14 de noviembre

Domingo 14 de noviembre de 2021 | Juan Enrique Coeymans

14 de NOVIEMBRE del 2021

Evangelio según San Marcos capítulo 13, 24 - 32.

Trigésimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario

En ese tiempo, después de esta tribulación, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar,
las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán. Y se verá al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder y de gloria. Y él enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte. Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta. Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre.

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

En cuanto a ese día y a la hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, nadie sino el Padre

Pareciera que el Señor Jesús nos dice: Uds. quisieran tener todo asegurado en la vida y saber lo que sucederá en el futuro, sin embargo, la vida sería intolerable si supieran lo que sucederá en el porvenir. Porque el objetico no es saber cuándo sucederán los acontecimientos, sino que Uds. vivan de la confianza en mis Palabras y en el amor que el Padre les tiene. Tengan tranquilidad, y vivan como niños e hijos pequeños del Padre en sus brazos llenos de ternura por cada uno de los seres humanos.

Reconozco que no vivo preocupado de cuando sucederá la venida del Señor en gloria y majestad. Y aunque a veces me olvido, y caigo y peco, de lo que me recuerdo permanentemente, es que mi vida tendrá un fin, y que debo prepararme para ese fin viviendo de acuerdo a lo que espera el Señor. No debo angustiarme, porque hay que vivir de la conciencia que el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo nos quieren con un amor infinito que no podemos ni imaginar. Por eso debo acostumbrarme a hacer un recto examen de conciencia cada noche, porque no sabré nunca si en esa noche me llaman a una nueva vida.

Señor Jesús, regálame la gracia de confiar siempre en el amor de Dios Uno y Trino, y viviendo de esa conciencia, poder resistir las t anotaciones y vivir de acuerdo al Evangelio. Te pido perdón por las veces en que olvido el ser realista conmigo y no soy fiel a Ti, que entregaste tu vida por mí. Jesús, dame la gracia de ser fiel en lo pequeño y lo grande cada dí,. comportándome como hijo que se sabe querido y por eso estar tranquilo ante todo lo que me pudiera suceder en la vida.

AMÉN

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