Evangelio domingo 7 de noviembre

Domingo 7 de noviembre de 2021 | Juan Enrique Coeymans

7 de NOVIEMBRE del 2021

Evangelio según San Marcos capítulo 23, 38 - 44

Trigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario

Y él les enseñaba: "Cuídense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes; que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Estos serán juzgados con más severidad". Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre. Entonces él llamó a sus discípulos y les dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir".

Meditación de Juan Enrique Coeymans

Todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia.

El Señor Jesús pareciera decirnos: con estas palabras quise enseñarles a mis discípulos como debe ser la caridad de los cristianos. Hijos queridos, no den para ser admirados, para ostentar que son buenos y que aman, no den de lo que les sobra, den hasta que les duela como decía mi hijo San Alberto Hurtado, den al igual que la pobre viuda desvalida con generosidad, y silenciosamente, y que nadie sepa lo que Uds entregan.

Estas enseñanzas de Jesus, fueron también enseñanzas de mis padres. , nunca los vi publicar lo que hacían y ayudaban. Fue eun regalo inmenso de la misericordia de Dios para mi vida. Lo mas importante en esta actitud de caridad y generosidad, es la no ostentación, el hacerlo a escondidas, y sin decírselo a nadie. Al igual como lo hace el Padre de los cielos, que nos regala innumerables dones sin que nadie sepa.

Señor Jesús, te adoro humildemente, y te pido perdón, cuando no he dado con generosidad sino para vanagloriarme. Ante ti me inclino, mi Rey y mi Dios, y te pido la gracia de dar sin recompensa, de entregar en silencio, y callar lo que done. Bendito seas Señor. por regalarnos todo el tiempo inmensas gracias sin que nadie sepa. Me recojo y te adoro y te pido que aumentes mi deseo de dar lo que más pueda aunque duela.

AMÉN

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