Evangelio jueves 15 de abril
Jueves 15 de abril de 2021 | Sebastián Castaño15 de ABRIL del 2021
Evangelio según San Juan, capítulo 3, 31 – 36
Jueves de la Segunda Semana del Tiempo de Pascua
El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra. El que vino del cielo da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio. El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz. El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos. El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
Meditación de Sebastián Castaño Fueyo
El que cree en el Hijo tiene Vida eterna.
El Padre Dios parece decirnos: Los invito a mirar a mi Hijo, Cristo resucitado. Reconózcanlo y crean en su Palabra que da testimonio de mí. Vino al mundo por amor a ustedes y les abrió el camino que los lleva a la Vida eterna. Pongan sus ojos en él, admírenlo, quiéranlo, y busquen con perseverancia parecerse más a él. No se basen en los modelos terrenales del hombre porque no les saciará; sigan más bien el modelo que Cristo les presenta, porque así serán saciados y tendrán Vida eterna.
Este evangelio es radical: para caminar hacia la Vida eterna hay que tener el corazón abierto a la influencia de Jesús. Para creer y dar testimonio de Jesús, hay que conocerlo bien y experimentar su presencia en nosotros. Buscar escucharlo permanentemente con oración, leyendo su Palabra, y participando de la Eucaristía son fundamentales para cultivar la fe y establecer una relación de amor con Jesús. Así estaremos llenos de su influencia y nos saldrá más natural ver el mundo con sus ojos y actuar como él quiere de nosotros.
Querido Padre bueno, regálame el don de la fe y enséñame a rezar. Quiero ser verdaderamente amigo de Jesús, cercano y presente, durante mi vida en camino a la resurrección. Pongo ante ti mis debilidades terrenales y mi anhelo de ser un digno hijo tuyo. Con alegría quiero poder compartir este regalo con todos quienes me rodean para dar testimonio de tu amor. Santa María, Madre de Jesús, llévame más cerca de tu Hijo y enséñame a amarlo como tú lo hiciste.
AMÉN