Evangelio jueves 15 de diciembre

Jueves 15 de diciembre de 2022 | Sebastián Castaño

15 de DICIEMBRE DEL 2022

Evangelio según San Evangelio Lucas, capítulo 7, 24 - 30

Jueves de la Tercera Semana de Adviento

Cuando los enviados de Juan partieron, Jesús comenzó a hablar de él a la multitud, diciendo: "¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con refinamiento? Los que llevan suntuosas vestiduras y viven en la opulencia, están en los palacios de los reyes. ¿Qué salieron a ver entonces? ¿Un profeta? Les aseguro que sí, y más que un profeta. El es aquel de quien está escrito: Yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino. Les aseguro que no hay ningún hombre más grande que Juan, y sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios es más grande que él. Todo el pueblo que lo escuchaba, incluso los publicanos, reconocieron la justicia de Dios, recibiendo el bautismo de Juan. Pero los fariseos y los doctores de la Ley, al no hacerse bautizar por él, frustraron el designio de Dios para con ellos.

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

Pero los fariseos y los doctores de la Ley, al no hacerse bautizar por él, frustraron el designio de Dios para con ellos.

Jesús parece decirnos: vuestro eterno Padre Dios tiene un plan de amor para cada uno de sus hijos. Si abren su corazón con docilidad y humildad para dejarse iluminar por el Espíritu Santo, entonces estarán buscando cumplir con ese plan de amor. Por el contrario, si ustedes cierran su corazón, tal como lo hicieron los fariseos, van a frustrar el designio de Dios para con ustedes. El amor de Dios, su misericordia y su paz están preparados y disponibles para ustedes, y sólo depende de cada uno buscarlos con fe y perseverancia.

¿Por qué ocurre que dejamos de reconocer el amor que Dios tiene por nosotros y en consecuencia dejamos de actuar según el ejemplo que Jesús nos enseña en el evangelio? Tengo que buscar aquellas acciones, no las ocasionales o aisladas, sino que examinar el corazón a conciencia, buscando aquellas actitudes, que tal vez pueden ser más sutiles, pero que son las que frustran el designio de amor de Dios sobre nosotros. Esas acciones que me impiden cumplir la voluntad de Dios.

Querido Jesús, gracias por mostrarnos el amor, la misericordia y el anhelo de paz que Dios tiene por cada uno de nosotros. Perdón Señor por esas veces que decimos no al amor del Padre y nos alejamos de su presencia, quedándonos vulnerables frente al error de abandonar y dar la espalda al mismo Dios. Ayúdanos Jesús a gustar y ver que bueno es nuestro Padre Dios y a fortalecernos en reconocer que él nos ama y se preocupa por cada uno de nosotros.

AMÉN

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