Evangelio jueves 29 de diciembre

Jueves 29 de diciembre de 2022 | Sebastián Castaño

29 de DICIEMBRE DEL 2022

San Evangelio según San Lucas capítulo 2, 22 - 35

Día Quinto en la Octava de Navidad

Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor.
Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: "Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel". Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: "Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos".

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón.

Jesús parece decirnos: he venido para ser la luz que brilla y que ilumina a todos, para guiar el camino a quienes quieren seguirme. José y María me enseñaron el amor de la familia y con ellos crecí en sabiduría. Dios ha soplado el Espíritu Santo en sus corazones, y busca su respuesta, para con su gracia, cada uno encuentre significado y plenitud en su amor. Recuerden que estoy presente en los sacramentos y en los hermanos; busquen reconocerme y me encontraran. Y si sienten que no lo logran, no se desanimen y sean pacientes, vean el ejemplo de Simeón, e invoquen el Espíritu Santo.

Jesús me recuerda que su camino no será del todo fácil, ni libre de dolor y contradicción. Me impresiona la humildad y sencillez de José y María para cumplir y hacer su ofrenda ante Dios. Ellos estaban educando en el amor a su hijo Jesús, y luego con humildad y fidelidad fueron discípulos, para que Jesús cumpliera la voluntad de Dios Padre, aun cuando significara dolor para ellos. Como papá, este evangelio me llama a asumir día a día la responsabilidad de educar en el amor a los hijos que Dios me ha regalado.

Querido Jesús, dame la gracia, así como la tuvo Simeón, para saber reconocerte y para ver tu luz en medio de las "oscuridades" que vivimos. Te pido que luego de esta Navidad, sepamos como familia, atesorar el regalo de tu presencia en nuestras vidas, y que como María, seamos generosos y atentos en compartir tu amor entre nosotros y con otros. Ayúdanos a conquistar y participar más de la eucaristía donde tu estas allí presente. Con María y José, agradezco el milagro de la vida y de la familia.

AMÉN

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