Evangelio jueves 30 de marzo

Jueves 30 de marzo de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga

30 DE MARZO DEL 2023

Evangelio según San Juan capítulo 8, 51 - 59

Jueves de la Quinta Semana de Cuaresma

En verdad les digo: "El que guarda mi palabra no probará la muerte jamás". Los judíos replicaron: «Ahora sabemos que eres víctima de un mal espíritu. Abraham murió y también los profetas, ¿y tú dices: "Quien guarda mi palabra jamás probará la muerte"? ¿Eres tú más grande que nuestro padre Abraham, que murió, lo mismo que murieron los Profetas? ¿Quién te crees?» Jesús les contestó: "Si yo me doy gloria a mí mismo, mi gloria no vale nada; es el Padre quien me da gloria, el mismo que ustedes llaman «nuestro Dios». Ustedes no lo conocen, yo sí lo conozco, y si dijera que no lo conozco, sería un mentiroso como ustedes. Pero yo lo conozco y guardo su palabra. En cuanto a Abraham, padre de ustedes, se alegró pensando ver mi día. Lo vio y se regocijó." Entonces los judíos le dijeron: «¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham?» Contestó Jesús: "En verdad les digo que antes que Abraham existiera, Yo soy". Entonces tomaron piedras para lanzárselas, pero Jesús se ocultó y salió del Templo.

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

El que guarda mi palabra no probará la muerte jamás

Jesús me habla directamente: diciéndome Yo Soy. Me encarné y vine al mundo por amor a ti y a tus hermanos. Te he dejado mi Palabra para que sea tu agua viva que te quita la sed para siempre. Me he entregado para que mi cuerpo sea el pan que verdaderamente alimenta tu corazón y te da la vida eterna. Yo Soy me dice Jesús, y mi Palabra es tu verdadero alimento. Si eres fiel a mi Palabra tendrás verdadera vida. Y vida eterna en abundancia, porque lo único que quiero es estar junto a ti.

¿Cuánto tengo de aquellos Sacerdotes Judíos a quienes les costaba creer? ¿Qué es lo que les impide reconocer a Jesús? Si no cultivo la oración y medito la Palabra, me será difícil recibir las gracias que vienen de ella. Debo ser fiel a su Palabra y tendré verdadera vida, aquí en la tierra y para siempre. Su Palabra es el verdadero alimento que me permite creer en medio de las continuas distracciones de la vida diaria. Tengo que tomarme en serio la Escritura y participar de los sacramentos.

Querido Señor, ayúdame a cultivar el amor por tu Palabra. Que ella me llene y me permita revestirme de tu bondad, y que me guíe día a día para serte fiel en lo poco y en lo mucho. No dejes Señor que no pueda reconocerte cuando estas frente a mí, quiero decirte siempre: Tu Eres. Y te pido la gracia de quererte como te quiere María. Porque lo definitivo, no es lo que uno crea, sino el amor. Que tu Palabra de vida me haga crecer en el amor fiel y efectivo.

AMÉN

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