Evangelio jueves 4 de abril

Jueves 4 de abril de 2024 | Osvaldo Andrés Iturriaga

4 de abril de 2024

Evangelio según San Lucas 24, 35-48

Jueves de la octava de Pascua

En aquel tiempo, los discípulos de Jesús contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice: «Paz a vosotros». Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. Y él les dijo: «¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo». Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Pero como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: «¿Tenéis ahí algo de comer?». Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: «Esto es lo que os dije mientras estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los Profetas y Salmos acerca de mí». Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y les dijo: «Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto».

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

"Vosotros sois testigos de esto"

Jesús parece decirnos: Yo Soy. He venido para dar testimonio de mi Padre. Él me ha enviado para enseñarles su amor y mostrarles el camino de la salvación. Tantas veces he caminado a tu lado: he cargado con tus dolores, te he regalado gracias, he sufrido con tus caídas y gozado con tus alegrías. ¿Me reconoces en el camino de tu vida? Así como los discípulos entendieron y luego dieron testimonio de mi Resurrección, hoy ustedes están llamados a compartir la alegría de ser cristianos y a dar testimonio del amor de Dios.

Jesús me deja la misión de ser testigo de su resurrección y de su amor por nosotros. Él nos ofrece su Cuerpo y su Palabra para que nos alimentemos de verdad en el sacramento de la Eucaristía y así lo portemos en nuestro corazón. Porque a veces, al igual que los discípulos, siento esa incredulidad que me impide reconocer a Jesús mientras camino por la vida. No debo pedir a Cristo resucitado que haga signos (como hizo frente a los discípulos) para poder creer que Él es Jesús de Nazaret.

Querido Jesús, Tú eres el Cristo resucitado. Ayúdame a comprender y hacer presente en mi vida el verdadero sentido de tu muerte en la cruz y posterior Resurrección. Ayúdame a aceptar tu Cruz y todo lo que ella significa. Quisiera ser un mejor testigo de tu Resurrección, de tu amor y misericordia; no dejes que la incredulidad me lo impida. Gracias Señor por tu infinita entrega, fidelidad y amor por nosotros. Visítame Jesús con tu saludo de paz y permíteme reconocerte cada vez que lo hagas.

AMÉN

Comentarios
Total comentarios: 1
04/04/2024 - 11:58:06  
Gracias

Barbara
Chile
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