Evangelio lunes 1 de abril

Lunes 1 de abril de 2024 | Bernardita Marín Paul

1 de abril de 2024

Evangelio según San Mateo 28, 8-15

Lunes de la octava de Pascua

En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús salió al encuentro y les dijo: «Alegraos». Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postraron ante él. Jesús les dijo: «No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán». Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: «Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernados, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros». Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.

Meditación de Bernardita Marín Paúl

"Jesús salió al encuentro y les dijo: «Alegraos»."

Creo que el Señor me quiere decir: lo prometido está. Alégrate de verdad, pues he salido a tu encuentro para darte nueva vida; esa que no muere, que es luz en el camino, agua de vida eterna, alegría del que sufre, esperanza para el desvalido, riqueza para el que no tiene nada. Esa es la vida a la que, con mi muerte y resurrección, puedes acceder y conocer. Cree y no desfallezcas, que el camino conmigo es más llevadero.

La muerte y resurrección de mi Señor son la base de mi fe. Nos permite vivir la vida basada en la certeza de que el Señor se entregó por nosotros para así generar otra forma de ser y de existir; es una vida sin límites. Es sobrenatural y, gracias al Señor, tenemos acceso a ella. Vida en el Señor, con Él y para Él. Que nos llena de esperanza y profunda alegría, que nos da la paz de que al final del camino estaremos libres y satisfechos del camino recorrido, en su compañía.

Señor mi Dios, quiero conocer esa alegría profunda de tenerte y saber que Tú eres la fuente de vida. Tanto ajetreo y esfuerzo por resolver todo lo humano, que se nos olvida confiar y descansar en tus brazos. Enséñame a conjugar tus verdades y darles el verdadero espacio que tienen y así alegrarme y alegrar a los que me rodean, ya que Tú, has cumplido y nos has regalado Nueva Vida y vida en abundancia. Que así sea.

AMÉN

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