Evangelio lunes 10 de abril

Domingo 9 de abril de 2023 | Bernardita Marín Paul

10 de ABRIL del 2023

Evangelio según san Mateo, capítulo 28, 8 - 15.

Lunes de la Octava de Pascua

Las mujeres que habían ido al sepulcro, después de oír el anuncio del ángel, se alejaron rápidamente de allí, atemorizadas pero llenas de alegría, y fueron a dar la noticia a los discípulos. De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó diciendo: "Alégrense". Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de él. Y Jesús les dijo: "No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán". Mientras ellas se alejaban, algunos guardias fueron a la ciudad para contar a los sumos sacerdotes todo lo que había sucedido. Éstos se reunieron con los ancianos y, de común acuerdo, dieron a los soldados una gran cantidad de dinero, con esta consigna: "Digan así: "Sus discípulos vinieron durante la noche y robaron su cuerpo, mientras dormíamos". Si el asunto llega a oídos del gobernador, nosotros nos encargaremos de apaciguarlos y de evitarles a ustedes cualquier contratiempo". Ellos recibieron el dinero y cumplieron la consigna. Esta versión se ha difundido entre los judíos hasta el día de hoy.

Meditación de Bernardita Marín Paul

"Jesús salió a su encuentro y las saludó diciendo: "Alégrense".

Creo que el Señor me quiere decir, Sale a mi encuentro y no temas, que yo estaré para protegerle, y mejor te digo búscame incansablemente que por recompensa recibirás la vida eterna y toda la alegría que esa seguridad implica. Es un camino en que muchas veces no entenderás y te causará agobio y cansancio, no mires para atrás y sigue hacia adelante que un gran tesoro te espera y mientras caminamos verás, como mi alegría y mi cariño invade todo tu ser.

La vida me ha enseñado que somos seres vulnerables y que nos pasan cosas buenas y malas, fuertes dolores y profundas alegrías, es un camino lleno de encuentros y desencuentros. Al escoger al Señor como mentor y la vida cristiana, pretendo ponerle a todo lo que me sucede mucha alegría acompañada de profunda aceptación. Quiero que sea un camino realmente pleno alegre, de otra forma no me interesa. Yo decido, aceptando la voluntad de Dios como vivir el camino que se me regaló.

Señor, en esta Semana Santa, quiero recorrer un camino de sanación y de amor, perdonar para sanar mis heridas, liberarme de ataduras que me esclavizan. Concentrarme en solo amar al prójimo, como Tú lo haces, sin prejuicios y con una filial y alegre aceptación. Vivir la alegría del amor infinito y gratuito que el Padre Dios me tiene a mi y a todos mis hermanos. Ser un puente de amor entre las personas que me rodean y entregarme a tu santa voluntad. Que así sea

AMÉN

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