Evangelio martes 13 de diciembre

Martes 13 de diciembre de 2022 | Juan Enrique Coeymans

13 DE DICIEMBRE DEL 2022

Evangelio según San Mateo capítulo 21, 28 - 32

Martes de la Tercera Semana de Adviento

Santa Lucía, Virgen y Mártir. Memoria obligatoria

Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: 'Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña'. El respondió: 'No quiero'. Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: 'Voy, Señor', pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?". "El primero", le respondieron. Jesús les dijo: "Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él".

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

'Voy, Señor', pero no fue

Pareciera que el Señor Jesús nos dice: Es más frecuente de lo que Uds. se imaginan, la actitud de decir que si voy y hago lo que me pides Señor, pero después son palabras que se las lleva el viento. Esa contradicción es hija de la figuración, de aparecer como preocupado de hacer la, voluntad del Padre, pero solo para que los demás piensen bien de Uds., pero no de hacer la voluntad del Padre. Por eso, cuídense de esa hipocresía farisaica y con humildad y silencio sin que nadie los vea ni sepa, hagan lo que el Padre les pide.

Siempre me ha molestado el, fariseísmo. No porque yo sea muy cumplidor y bueno. Soy un miserable pecador redimido por la sangre de Jesucristo. Por eso debiera vivir muy seriamente el cumplir lo que ofrezco sin que nadie se dé cuenta. El lucirse ante los demás es una tentación de la que debo arrancar porque ser discípulo de Jesús es una responsabilidad que humaniza, que lleva a acostumbrarse a ser de una palabra: sí-sí o no- no. Porque la alegría de ser consecuente sin que nadie lo sepa es un regalo de Jesús muy grande.

Querido Señor Jesús, me arrodillo, delante tuyo y te adoro como mi maestro, ni Señor y mi Rey. Tu eres la fuente de las mas grandes alegrías. Lo que Tu nos enseñas es todo para que seamos más felices, aunque cueste. Señor dame la gracia de no olvidar nunca en mi vida diaria las palabras de esta parábola simple y rotunda. Que cuando la tentación de mostrarse como bueno me aceche, recuérdame que ese es el comienzo de la perdición y de la mediocridad, Señor, regálame la gracia de serte fiel en lo pequeño.

AMÉN

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