Evangelio martes 16 de abril

Martes 16 de abril de 2024 | Juan Enrique Coeymans

16 de abril de 2024

Evangelio según San Juan 6, 30-35

Tercer martes del tiempo de Pascua

En aquel tiempo, el gentío dijo a Jesús: «¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Pan del cielo les dio a comer"». Jesús les replicó: «En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan». Jesús les contestó: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás».

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

"Señor, danos siempre de ese pan."

Jesús me diría: "Pide el pan de la Eucaristía para ti. Participa de ella. Únete a la iglesia con el pan eucarístico. Y ahora, en este tiempo en que te resulta fácil encontrar excusas para no ir presencialmente a Misa, reconoce cuán especial es. Atesora la posibilidad que tienes de ir a Misa caminando desde tu casa. Comulga. Y que este alimento te fortalezca en todas las dimensiones: gana salud, gana discernimiento, gana libertad en el día a día. Hazte más recio. Aprende a dejar que el Espíritu te muestre dónde se te regala el alimento espiritual que te da el sustento para encontrarte en un abrazo de Amor con tu Padre del Cielo. Vuelve a tu Madre."

Estos días me he privado del pan; lo he hecho buscando mejorar mi salud, mi concentración y mi energía. Es como si fuera un alimento especial. Un alimento cotidiano, pero para quienes trabajan duro; para quienes trabajan con el cuerpo. Quienes quedan cansados. Siento que este texto no solo me llama a celebrar y a valorar que Jesús se haya quedado en el Pan y en el Vino; sino que a aprender a alimentar la fe desde otras fuentes. A prolongar la Comunión más allá de la Comunión física. A 'juntar ganas' para cuando vaya a comulgar a Misa cada domingo.

Jesús: danos siempre de ese pan, el verdadero pan del cielo; ese pan que sacia el hambre de manera definitiva. Danos siempre, también, tu sangre para que nos sacie la sed que tenemos. Muéstrame cómo Tú me sostienes en medio de mis miedos más básicos, que tienen que ver con el sustento: la salud, el alimento, el respirar, el cariño o el saber que los míos están seguros. Dame fe para saber que todo está en tus manos y que, siendo nosotros hijos de un Padre amoroso que aceptó el calvario para Ti, como un acto de amor y bondad, también con los míos provees más allá del dolor y de la muerte.

AMÉN

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