Evangelio miércoles 13 de julio

Miércoles 13 de julio de 2022 | Osvaldo Andrés Iturriaga

13 DE JULIO DEL 2022

Evangelio según San Mateo capítulo 18, 1 - 4

Fiesta de Santa Teresa de Los Andes, Virgen.

Los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: "¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?". Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: "Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Ciel

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"Si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos"

Siento como si Jesús me dijera "sí, ser como un niño, en un mundo que valora la auto suficiencia, el valérselas por uno mismo, parece contra intuitivo. Pero ya sabes que cuando vives sumergido en las responsabilidades, preocupado de cumplir metas, como si la vida se te fuera en eso, te pierdes a ti mismo. Si quieres estar cerca de mí, sé y vive como un niño: confía en que tienes un Padre que te ama, que quiere lo mejor para ti, incluso cuando hagas berrinche y no lo entiendas. Mira con esos ojos de inocencia, que se maravillan, que se sorprenden, que son capaces de alegrarse con lo simple, que no prejuzgan".

Cuántas veces me sorprendo hablando con otros "adultos" sobre la nostalgia que nos da pensar en nuestra niñez. Se ve como una época tanto más simple, sin las responsabilidades y cargas que nos ponemos en la adultez. "La vida era tan sencilla"; "Éramos felices y no lo sabíamos", son las típicas reflexiones. Como adulto, parece imposible recobrar esa sensación de protección, de seguridad, de no preocuparse por el futuro, que nos daba el sabernos queridos y cuidados por nuestros padres. ¿Confío en Dios tanto como confiaba en mis padres? Hoy Jesús me llama con urgencia a hacerlo.

Querido Señor Jesús, qué difícil se me hace volver a ver las cosas con la sencillez de un niño. Tantas cosas a mi alrededor me llaman a desconfiar, a racionalizar y complicar excesivamente todo. Regálame a recuperar esa inocencia, para poder cada día sorprenderme con tus regalos, con las personas que me pones por delante, y no dar nada por sentado. Te agradezco por mis padres y familia, que me hicieron experimentar un reflejo de tu amor generoso y protector. Ayúdame a poder regalar a otros esa misma sensación de acogida.

AMÉN

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