Evangelio miércoles 14 de diciembre

Miércoles 14 de diciembre de 2022 | Osvaldo Andrés Iturriaga

14 de DICIEMBRE DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 7, 19 - 23

Miércoles de la Tercera Semana de Adviento

San Juan de la Cruz, Presbítero y Doctor de la Iglesia. Memoria obligatoria

Los envió a decir al Señor: "¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?". Cuando se presentaron ante él, le dijeron: "Juan el Bautista nos envía a preguntarte: '¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?'". En esa ocasión, Jesús curó mucha gente de sus enfermedades, de sus dolencias y de los malos espíritus, y devolvió la vista a muchos ciegos.
Entonces respondió a los enviados: "Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los paralíticos caminan, los leprosos son purificados y los sordos oyen, los muertos resucitan, la Buena Noticia es anunciada a los pobres. ¡Y feliz aquel para quien yo no sea motivo de tropiezo!".

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"Vayan a contar a Juan lo que han visto y oído"

Siento como si el Señor me dijera "¿qué es lo que has visto y oído de mí? Cuando miras tu vida, ¿eres capaz de reconocer mi presencia? ¿En qué momentos concretos has visto que he realizado milagros en ti y en quienes te rodean? Si puedes reconocer esos momentos, revívelos y tráelos de vuelta ante ti cada vez que dudes, haz que esas experiencias concretas sean como un faro que te recuerde que siempre estoy contigo, y que, así como ya he obrado grandes cosas en tu vida, seguiré realizándolas si me buscas con fe".

Muchas veces al contemplar mi vida espiritual, tiendo a mirar cierto período como una época en la que me sentí muy cerca de Dios, y por lo mismo, especialmente feliz. Pienso en esa época con mucha nostalgia, y también como algo que, por sus circunstancias tan particulares, nunca se repetirá. Pero me quedo en el recordar, idealizando esa época, sin que necesariamente esa experiencia tan profunda impregne mi realidad actual. Hoy el Señor me invita a recuperar ese tesoro que tengo guardado, para que ilumine mi vida de hoy, con la esperanza de que puedo volver a sentir esa misma cercanía con Él.

Querido Señor, gracias por la historia que has hecho conmigo. Gracias por haber sentido tu presencia tanto en momentos de gran alegría y paz, como también en momentos de profunda tristeza y desolación. Te pido que acrecientes mi fe, que no necesite permanentemente pruebas para creer que estás conmigo, sino que sencillamente regálame el sentir y saberlo en mi corazón y que eso me baste para tener paz. Regálame el poder dar testimonio con mis obras de todo lo que has hecho conmigo, para poder anunciarte a todo quien pongas en mi camino.

AMÉN

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