Evangelio miércoles 16 de octubre

Miércoles 16 de octubre de 2019 | Alejandra Castelblanco

16 de OCTUBRE del 2019

Evangelio según San Lucas, capítulo 11, 42 - 46

Miércoles de la Vigésima Octava Semana del Tiempo Ordinario

Pero ¡ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. ¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas! ¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!". Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: "Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros". El le respondió: "¡Ay de ustedes también, porque imponen a las demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"Hay que practicar esto, sin descuidar aquello"

Jesús parece decirnos: la vida está llena de desafíos, obligaciones, proyectos.... Hay cosas que no se pueden dejar de lado, como es el alimentarse, vestirse, descansar etc. Hay otras cosas que hacen crecer, trabajar, estudiar, desarrollarse como persona y también hay aspectos de la vida, que se relacionan con el mundo sobrenatural como el rezar, ayudar a los demás, fortalecer la vinculación con Dios. Todos los aspectos son importantes, sin embargo, lo que da sentido a la vida es esto último. No dejemos de lado lo básico: comida, trabajo, descanso...pero no descuidemos por nada la atadura personal a Dios.

Cuando uno forma y educa a los hijos, cae mucho en el: lávate los dientes, tómate la leche, saluda a los mayores, pórtate bien en el colegio...son aprendizajes que requieren de mucho esfuerzo. Sin embargo, el cultivo del espíritu, no siempre lo educamos con esa perseverancia. Suena en mi cabeza la frase del Padre José Kentenich: "libertad ante todo, reglas, las mínimas necesarias y máximo cultivo del espíritu". Ser un facilitador para que los hijos vayan a jornadas, testimonios, experiencias de misión, contacto con líderes positivos... hacer esto, sin descuidar lo básico: que estudien, que sean responsables y educados.

Querido Señor: nos confiaste hijos para que a la imagen de la Sagrada Familia formemos personas íntegras y completas para fortalecer Tú reino. Dame la creatividad y perseverancia para demostrar que este camino es atractivo y único para conseguir la verdadera felicidad. Que no hayan excusas en la tarea de educar y auto educarse para conseguir tener una vida personal, orgánica, fuerte y robusta. Que el Santuario sea mi fuente para nutrirme y asegure una correcta formación de quienes pones en mi camino: hijos, alumnos, sobrinos... Señor, dame fortaleza y humildad.

AMÉN

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