Evangelio miércoles 21 de diciembre

21 de DICIEMBRE DEL 2022

Evangelio según San Lucas capítulo 1, 39 -45

Miércoles de la Cuarta Semana de Adviento

María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor".

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor"

Siento como si el Señor me dijera: "fuiste creado por el Padre para ser feliz. Para que libremente descubras y escojas el camino de felicidad que el Padre tiene para ti. Por eso, debes estar atento: ¿qué es lo que te ha anunciado el Padre? ¿Cuál es esa promesa que has recibido, y que hace que tu corazón rebose de esperanza? Reconoce y recuerda ese anuncio, y vive feliz y confiado en que el Padre Eterno lo cumplirá, y te regalará incluso bendiciones que no alcanzas a imaginar.

Estos días he vivido en carne propia el ver multiplicarse los frutos de mi esfuerzo. En muchos momentos durante el camino me sentí agobiado, me quejé y sentí que mis fuerzas no alcanzaban, o que mi trabajo pasaría desapercibido. Pero el Señor se mantuvo fiel a su promesa, y he experimentado en formas inesperadas la gratitud y la alegría que genera en muchas personas la labor que hago. Y es un regalo hermoso, y un llamado del Señor a nunca olvidar que después de momentos de cruz siempre llega la Resurrección; que si lo espero a Él con fe, Él nace en mí y da fecundidad a lo que hago.

Querido Señor, gracias por mostrarme de forma tan tangible tu amor, a través del cariño y gratitud de personas y situaciones tan concretas. Que nunca olvide que mi trabajo es ante todo servir a quienes pones delante de mí, como si fueras Tú mismo, y que eso sea lo que me sostiene cuando sienta que mis esfuerzos son en vano. En esta Navidad, ayúdame a acogerte en mi corazón, con todos mis defectos e incapacidades, para que Tú seas quien habla y actúa a través de mí y de mis esfuerzos.

AMÉN