Evangelio miércoles 22 de junio

Miércoles 22 de junio de 2022 | Osvaldo Andrés Iturriaga

22 DE JUNIO DEL 2022

Evangelio según San Mateo capítulo 7, 15 - 20

Miércoles de la Duodécima Semana del Tiempo Ordinario

Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos. Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego. Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán.

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán".

Siento como si Jesús me dijera "el mundo puede ser un lugar confuso, a veces queriendo elegir el bien puedes terminar eligiendo el mal. Por lo mismo, debes pedir permanentemente la sabiduría para juzgar los frutos de las acciones, tanto de otros, para saber si son o no falsos profetas, como las tuyas propias. Pregúntate: ¿qué frutos estás dando hoy? Los que ven el fruto de tus actos, ¿podrán juzgarte como un árbol bueno, o como un árbol malo que no da frutos para nadie?"

Hace ya un buen tiempo, se me hace muy difícil saber a quién escuchar entre las miles de voces que tratan de imponerse unas sobre otras en nuestro país, en el mundo y en la propia Iglesia. ¿A quién creerle? ¿A quién seguir? En este pasaje, Jesús me invita a mirar más allá del mensajero y sus palabras, y tomarme el tiempo de observar sus frutos. ¿Son frutos en los que puedo reconocer el Amor, la justicia, la paz, el Reino de Dios? De la misma forma, me exige a hacer lo mismo conmigo: de nada sirve que proclame a Dios en mis palabras e intenciones, si mis frutos no dan muestra de Él.

Querido Señor, me cuesta tanto encontrar tu voz entre tantas palabras vociferantes, entre posiciones que parecen tan opuestas e irreconciliables. Ayúdame a identificar los buenos frutos, para no dejarme llevar por mis prejuicios, sino por buscar siempre tu Reino. En este tiempo de tanta división, regálame también poder ser instrumento de paz y puente entre quienes no se quieran escuchar, para recordar que ante todo somos hermanos en Ti, hijos del mismo Padre Eterno.

AMÉN

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