Evangelio miércoles 5 abril

Miércoles 5 de abril de 2023 | Osvaldo Andrés Iturriaga

5 DE ABRIL DEL 2023

Evangelio según San Mateo capítulo 26, 14 - 25

Miércoles Santo

Uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: "¿Cuánto me darán si se lo entrego?". Y resolvieron darle treinta monedas de plata.
Desde ese momento, Judas buscaba una ocasión favorable para entregarlo. El primer día de los Ácimos, los discípulos fueron a preguntar a Jesús: "¿Dónde quieres que te preparemos la comida pascual?". El respondió: "Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: 'El Maestro dice: Se acerca mi hora, voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos'".
Ellos hicieron como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua. Al atardecer, estaba a la mesa con los Doce y, mientras comían, Jesús les dijo: "Les aseguro que uno de ustedes me entregará". Profundamente apenados, ellos empezaron a preguntarle uno por uno: "¿Seré yo, Señor?". El respondió: "El que acaba de servirse de la misma fuente que yo, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!". Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó: "¿Seré yo, Maestro?". "Tú lo has dicho", le respondió Jesús.

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

¿Seré yo, Señor?

Siento como si el Señor me dijera "nadie está exento de poder traicionarme. Puedes incluso pensar que con tus acciones estás haciendo un bien, pero si pones, como Judas, tus propios criterios, expectativas o visiones por sobre las mías, terminarás traicionándome y alejándome de ti. Por eso, nunca tengas la soberbia de pensar que estás por sobre el error y las tentaciones, y pregúntate constantemente si es que no serás tú el que está mal y que necesita de mi salvación. En esa humildad es donde yo puedo entrar y convertir tu corazón.

Cuántas he escuchado, cuántas veces he visto esta escena replicada en todas las formas de arte, y nunca había reparado en el acto de humildad que hacen los discípulos al preguntar si no serán ellos quienes traicionarán a Jesús. Muchas veces extraño dentro de la Iglesia esa cualidad, y soy muy crítico de conductas que me parecen arrogantes y poco autocríticas. Pero hoy el Señor me recuerda que no debo olvidar que la pregunta principal es "¿Seré yo?". Soy yo quien debe hacer el trabajo de ponerme ante Dios con humildad y asumir la posibilidad de que soy débil y puedo equivocarme e incluso dañar a otros con mis acciones.

Querido Señor Jesús, en esta Semana Santa ayúdame a sacarme de encima las barreras del orgullo y la auto satisfacción, que me impiden presentarme ante ti con un corazón limpio y dispuesto a dejarse cambiar por ti. Que nunca olvide que seguirte es un llamado permanente a la conversión, a dejar mis formas de ver las cosas y entregarme a la vida mucho más plena que tú me invitas. Ayúdame a mirar sin miedo mis cruces y sufrimientos, para ponerlos en tus manos y cargarlos con tus fuerzas.

AMÉN

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