Evangelio miércoles 6 de abril

Miércoles 6 de abril de 2022 | Osvaldo Andrés Iturriaga

6 de ABRIL DEL 2022

Evangelio según San Juan capítulo 8, 31 - 42

Miércoles de la Quinta Semana del Tiempo de Cuaresma

Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él: "Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres". Ellos le respondieron: "Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir entonces: 'Ustedes serán libres'?". Jesús les respondió: "Les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado. El esclavo no permanece para siempre en la casa; el hijo, en cambio, permanece para siempre. Por eso, si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres. Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham, pero tratan de matarme porque mi palabra no penetra en ustedes. Yo digo lo que he visto junto a mi Padre, y ustedes hacen lo que han aprendido de su padre". Ellos le replicaron: "Nuestro padre es Abraham". Y Jesús les dijo: "Si ustedes fueran hijos de Abraham obrarían como él.
Pero ahora quieren matarme a mí, al hombre que les dice la verdad que ha oído de Dios. Abraham no hizo eso. Pero ustedes obran como su padre". Ellos le dijeron: "Nosotros no hemos nacido de la prostitución; tenemos un solo Padre, que es Dios". Jesús prosiguió:
"Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo he salido de Dios y vengo de él. No he venido por mí mismo, sino que él me envió.

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"Jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir entonces: 'Ustedes serán libres'?"

Siento como si el Señor me dijera "el primer paso para alejarte del Padre es sentir que no lo necesitas. Cuando crees que ya eres lo suficientemente justo y bueno por ti mismo, no dejas espacio para convertirte. Mientras no asumas tu propia debilidad, tu relación con el Padre será algo accesorio, superficial, que incluso usarás para alimentar tu propio sentido de autosuficiencia y de "bondad". Sólo cuando reconozcas aquellas cosas que te esclavizan y que te impiden ser realmente libre -el dinero, los afectos, el trabajo, tu orgullo, los placeres, etc., yo podré entrar en tu corazón y regalarte la verdadera libertad interior."

Estas palabras de Jesús que suenan tan duras, sobre todo si están dirigidas a quienes creyeron en él, se me hacen también tan actuales. Con cuánta frecuencia caigo en la tentación de pensar que porque creo en Él y porque cumplo con ciertas normas, ya estoy "listo", como si la fe fuera un catálogo de requisitos. Hoy el Señor me recuerda que seguirlo implica un permanente camino de conversión, y que si creo en Él no es porque soy mejor que otros, sino justamente porque lo necesito profundamente para cambiar mi vida y liberarme de todas las cosas que me atan y que me impiden amar plenamente.

Querido Señor Jesús, te doy gracias porque me llamas hacia ti permanentemente, pese a todas mis debilidades, faltas e inconsecuencias. En este tiempo de cuaresma, te pido sobre todo la gracia de asumir mi pequeñez, de dejar de lado mi orgullo y todo lo que me haga poner barreras a tu acción transformadora. Lléname con tu Espíritu, para actuar siempre según la voluntad del Padre y poder llevar tu amor donde sea que vaya, sin buscar nada más que construir tu Reino en este mundo.

AMÉN

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