Evangelio sábado 12 de noviembre

Sábado 12 de noviembre de 2022 | Gonzalo Manzano

12 DE NOVIEMBRE DEL 2022

Evangelio según San Lucas, capítulo 18, 1 - 8

Sábado de la Trigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario

San Josafat, Obispo y Mártir. Memoria Obligatoria

Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: "En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: 'Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario'. Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: 'Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme'". Y el Señor dijo: "Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?".

Meditación de Gonzalo Manzano González

"En un abrir y cerrar de ojos les hará justicia"

Jesús parece decirme: ¿Crees tú en esto? ¿De verdad tienes fe como para creer que el Padre no te dejará solo? No te lo pregunto de manera capciosa, sino que quiero que pienses si de verdad tienes esa convicción. Si la tienes, sólo es cuestión de tiempo para que te des cuenta que no te hemos dejado solo en ningún momento, sino que siempre hemos estado contigo, paso a paso, en la espera, en la victoria y en la derrota. Si no la tienes, ¿qué esperas para pedirla? Ese es el regalo que mi Padre con mayor alegría les entrega y lo prodiga a quienes se lo piden. Pídelo de corazón, desde el fondo de tu corazón, y mi Padre te escuchará.

Cristo hoy me da esta certeza, pero al parecer soy yo el ciego que no quiere ver. ¿Hasta qué punto de verdad abro mi corazón para que Él me regale esa fe en la oración? ¿De verdad le doy su espacio? ¿En serio le pido que me acompañe? ¿O solo lo hago por simple repetición? ¿Cuál es mi convicción al respecto? Estas preguntas parecen de rápida respuesta, pero son tan importantes, que debiera masticarlas, degustarlas, interiorizarlas, para poder encontrar a Cristo en ellas. Quiero de corazón esa fe inquebrantable, esa que mueve montañas, que entiende lo que está en el corazón del Padre. Quiero vivir en esa fe.

Señor Jesús, este sería el mejor regalo. Ya me bendijiste con la fe que me permite creer en Ti, y de verdad, creo. Ahora Señor, estoy cierto que el siguiente paso es ahondar en esa fe, darle raíces y profundidad. Mi autoformación ha ido abonando la tierra para para que esa fe se plante profunda en mí y de frutos. Hoy, sólo te pido que las raíces lleguen hondas en mi corazón, y esa fe me permita ver el mundo más como Tú lo ves. Tengo claro que jamás podré alcanzar esa claridad divina, porque no está en mi esencia lograrla, pero si me acerco un poco siquiera, ya será una victoria, porque podré entender los tiempos de Dios.

AMÉN

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