Evangelio viernes 1 de abril

Viernes 1 de abril de 2022 | Alejandra Castelblanco

1° de ABRIL DEL 2022

Evangelio según San Juan capítulo 7, 1- 2.10 .14.25 - 30

Viernes de la Cuarta Semana del Tiempo de Cuaresma

Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo.
Se acercaba la fiesta judía de las Chozas, Sin embargo, cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también él subió, pero en secreto, sin hacerse ver. Algunos de Jerusalén decían: "¿No es este aquel a quien querían matar? ¡Y miren cómo habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es". Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: "¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen. Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió". Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no había llegado su hora.

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo"

Jesús parece decirnos: la invitación que hoy les hago es a la prudencia. No andar por la vida como sabiendo todo o creyendo que nada les va a pasar. Ahora bien, es importante establecer la diferencia entre prudencia y temor o miedo. El temor, paraliza no deja actuar, invade la conciencia y se nubla el pensamiento. La prudencia, en cambio, asume los riesgos y deja actuar, pero, tomando precauciones. Entonces, ténganlo presente, actúen con prudencia, no dejen que el temor los paralice.

Me toca a menudo la disyuntiva de hablar o callar en conversaciones que implican a la Iglesia. Muchas veces, por temor me callo y no la defiendo. Sin embargo, creo que es importante pensar bien, aunque uno se demore en contestar, debiera atreverse y pedir iluminación del Espíritu Santo y contestar. Siempre resulta, aunque el tema no sea la iglesia y sea algo de contingencia, o algún tema trivial. El Espíritu Santo me ayuda a fortalecer la prudencia. Pido siempre su ayuda, para educar la voluntad. Es importante incorporar a la oración diaria, la invocación al Espíritu Santo. ¡¡¡Es una gran compañía y ayuda concreta!!!

Querido Señor: qué gran compañero nos mandaste: el Espíritu Santo, siempre presente, actuando desde el alma y ayudando a las situaciones de la vida diaria, desde la más compleja a la más sencilla. No se hace el sordo, está siempre a la mano y quiere que lo llamemos. Quiero tenerlo más presente en mi vida, que al despertar lo invoque para que nunca me abandone durante el día, cuando converso con y en la noche, antes de dormir. Has que lo recuerde día a día para así actuar con prudencia y sabiduría. Que María sea mi ejemplo, ella supo actuar con prudencia porque en ella vive el Espíritu Santo.

AMÉN

 

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