Evangelio viernes 8 de diciembre

Viernes 8 de diciembre de 2023 | Alejandra Castelblanco

8 de diciembre de 2023

Fiesta de la Inmaculada Concepción

Evangelio según San Lucas 1, 26-38

Viernes de la primera semana de Adviento

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Entró en su casa y la saludó diciendo:" ¡Alégrate! llena de gracia, el Señor está contigo". Ella se conturbó por estas palabras y discurría que significaba aquel saludo. El ángel le dijo: "No temas, María porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin" La virgen dijo al ángel: '¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?' El ángel le contestó: 'El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible. María contestó: 'Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra'. Y la dejó el ángel.

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

"¡Alégrate!"

Jesús parece decirnos: la primera palabra que dijo el ángel a mi madre fue: "Alégrate", y ustedes podrán sorprenderse por esta simple pero gran palabra ya que seguramente cuando quieren decir algo importante a un hijo o a alguien importante para ustedes, algo que puede significar un cambio grande o pequeño en la vida de ustedes o de ellos, seguramente dicen: "Pon mucha atención", o "escúchame bien", pero este mensaje, que cambió a la humanidad completa, comienza llamando a la alegría y ese es el gran mensaje de Salvación: mi venida al mundo quiere ser un mensaje de alegría.

Escuchar la palabra: Alégrate, deja atrás las penas, ya no hay angustia, no hay tristeza, no hay temor. Él trae un mensaje de alegría y nada ni nadie puede ensombrecer ese gran mensaje que llena el corazón de esperanza, que renueva las fuerzas para seguir luchando por construir familia, por ser refugio para otros, por dar calor al que está solo o triste y sentir que esa fuerza viene de la fe en ese niño que nace cada año en mi corazón. Voy a cantar con fuerza, voy a vivir la Eucaristía con esa alegría que es la que el niño Dios viene a entregar. Ya queda poco para ver nacer al niño Dios.

Querido Señor: gracias por venir a la tierra, gracias a tu madre que dio su Sí, gracias por nacer pobre en un pesebre para que todos puedan llegar a Ti, gracias por traer un mensaje de alegría, de esperanza, de saber que todo pasa menos tu palabra. Quiero adorarte en el pesebre, reconocer tu presencia, entregarme a tu camino porque sé que eres la única fuente de salvación y la única posibilidad de llegar a los brazos cariñosos del Padre. Gloria a Dios, el niño ha de nacer pronto en cada corazón. Señor que pueda preparar ese gran momento

AMÉN

 

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