Evangelio viernes 9 de febrero

Jueves 8 de febrero de 2024 | Alejandra Castelblanco

9 de febrero de 2024

Evangelio según San Marcos 7, 31-37

Quinto viernes del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «Efatá», esto es: «Ábrete.» Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»

Meditación de Alejandra Castelblanco Moreira

"Efatá", que significa: "Ábrete""

Jesús parece decirnos: hoy los invito a abrirse, a abrir el corazón al querer del Padre. Abrir la mente para entender los caminos propuestos. Abrir los sentidos para ver, gustar, tocar, oír y sentir con los criterios del Evangelio. No se queden encerrados en su pequeño mundo, mirando solo lo que está a su alcance. Atrévanse a ir más allá y abrirse a lo que se les propone en cada situación. Es un gran desafío que les traerá la misma satisfacción de este sordomudo que recuperó el habla y el oído.

Hace un tiempo que resuena esta palabra en mi corazón: "Ábrete". Lo primero que pienso con esta palabra es que hay que ser valiente, porque abrir algo cerrado implica riesgo. No se sabe con lo que se va a encontrar al otro lado. Sin embargo, si uno confía debiera entregarse a esa apertura con fe ciega en que será lo mejor para uno. Al igual que el sordomudo, me gustaría tener esa confianza infinita que si es Jesús el que abrirá mis cerrojos, debo estar tranquila y entregada a su voluntad. Cultivaré esa actitud, repitiendo durante el día: Ábrete.

Querido Señor: gracias, Señor por movilizarme, por hacer que vaya a Ti con confianza y pidiéndote que vayas abriendo las puertas y limitaciones de a poco para encontrar la certeza de una vida mejor. Dame la fe de este sordomudo, la confianza en pedir la sanación y haz que se repita en mí el milagro cuando me dices: Ábrete. María tuvo siempre esa apertura, que ella sea mi ejemplo y fortaleza a la hora de tomar decisiones y de abrir caminos.

AMÉN

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