La estatua de San José

El 22 de abril de 1953, los Padres Palotinos cambiaron la estatua original por la actual que es obra del escultor bávaro Bauer. En ella aparece san José, como patrono de la Iglesia, bendiciendo al Papa Pío XII que está arrodillado delante del santo patrono.

P. Rafael Fernández

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No podemos pensar en la Virgen María sin pensar al mismo tiempo en san José, el hombre justo, el silencioso esposo y guardián de María, el padre adoptivo de Jesús. Con su callada y silenciosa obediencia a Dios, su varonil paternidad y su transparente cercanía protegió el misterio de María y de Jesús en Nazaret. El que recibió a María en su casa (cf Lc 1, 20), nos enseña a recibirla también en la nuestra. Iluminados por su ejemplo, aprendemos la santidad oculta y sencilla, la fidelidad a Dios en la vida cotidiana, que santifica la vida de familia y el trabajo.

Historia
Originalmente, en su lugar estaba la estatua del Sagrado Corazón de Jesús. En 1934, se entronizó aquí la estatua de san José. El 22 de abril de 1953, los Padres Palotinos cambiaron la estatua original por la actual que es obra del escultor bávaro Bauer. En ella aparece san José, como patrono de la Iglesia, bendiciendo al Papa Pío XII que está arrodillado delante del santo patrono. Esta estatua fue bendecida cuatro días después, es decir, el 26 de abril de 1953.

La estatua primitiva del santuario original se encuentra, actualmente, en el santuario del Monte Schoenstatt de las Hermanas de María. En los santuarios filiales suele ponerse una estatua de san José en recuerdo de ésta.