Mes de María
Oración inicial Oh! María, durante el bello mes que te está consagrado todo resuena con tu nombre y alabanza. Tu santuario resplandece con nuevo brillo y nuestras manos te han elevado un trono de gra...
Verónica Ciudad PapOración inicial Oh! María, durante el bello mes que te está consagrado todo resuena con tu nombre y alabanza. Tu santuario resplandece con nuevo brillo y nuestras manos te han elevado un trono de gracia y de amor, desde donde presides nuestras fiestas y escuchas nuestras oraciones y votos.Para honrarte hemos esparcido frescas flores a tus pies y adornado tu frente con guirnaldas y coronas. Mas, ¡Oh María!, no te das por satisfecha con estos homenajes; hay flores cuya frescura y lozanía jamás pasan y coronas que no se marchitan. Éstas son las que esperas de tus hijos, porque el más hermoso adorno de una madre es la piedad de sus hijos, y la más bella corona que pueden depositar a sus pies es la de sus virtudes.Sí, los lirios que tú nos pides son la inocencia de nuestros corazones. Nos esforzaremos pues, durante el curso de este mes consagrado a tu gloria, ¡oh virgen Santa!, en conservar nuestras almas puras y sin mancha, y en separar de nuestros pensamientos deseos y miradas, aún la sombra misma del mal.La rosa cuyo brillo agrada a tus ojos es la caridad, el amor a Dios y a nuestros hermanos. Nos amaremos pues, los unos a los otros como hijos de una misma familia cuya madre eres, viviendo todos en la dulzura de una concordia fraternal.En este mes bendito procuraremos cultivar en nuestros corazones la humildad, modesta flor que te es tan querida, y con tu auxilio llegaremos a ser puros humildes, caritativos, pacientes y esperanzados.¡Oh María!, has producir en el fondo de nuestros corazones todas estas amables virtudes. Que ellas broten, florezcan y den al fin fruto de gracia, para poder ser algún día dignos hijos de la más santa y de la mejor de las madres.Amén. Meditación Verónica Ciudad Pap nov.2013 MARÍA, MODELO DE MUJER.Quien recorre los evangelios, no termina de sorprenderse ante el respeto que Jesús tiene por la mujer, por toda mujer, cualquiera sea su condición moral, su credo religioso, su posición social. Y sabemos la razón, se llama María. En cada mujer, Cristo reencuentra la figura de su Madre; en todo seno de una mujer, Cristo reconoce el seno virginal que lo acunó durante 9 meses inundado de respeto y de amor. En cada mujer, Jesús encuentra a María,La mujer ha sido creada a imagen y semejanza de Dios ella lleva en su esencia los rasgos más suaves y delicados de Dios; amor, bondad, misericordia, pureza... Lo que se resume en una palabra "maternidad".La cultura actual presenta una humanidad privada tanto de los lazos naturales como de los sobrenaturales, una humanidad sin límites, pero también sin raíces y sin metas. En un mundo en que lo superficial reemplaza lo sustancial no hay lugar para la paternidad y la maternidad, la filiación y la fraternidad, la amistad y la devoción.Si analizamos la historia reciente nos asombra constatar cómo el papel de la mujer en la sociedad se ha modificado tan radicalmente. No hay prácticamente ningún trabajo, ninguna profesión o función de la que la mujer haya quedado excluida. A pesar de que no hay todavía una total equidad entre los dos sexos, es evidente que vamos hacia una total y caótica transformación del rol y misión del varón y la mujer. La Misión irrenunciable de la Mujer es ser persona llamada a encabezar una nueva cultura de la vida y para la vida. Mujer llamada a ser, otra María. La Iglesia nos llama a ser estas vivientes fotografías de María, Virgen, Esposa y Madre; Madre, Maestra y Educadora, compañera fiel del varón, receptora y dadora de vida para el mundo y humanizadora de la sociedad por excelencia. Hermosa e irrenunciable misiónElla, la llena de gracia es la realización cumbre de la omnipotencia, de la sabiduría, de la bondad y misericordia de Dios. ¡Cómo se inclina Dios ante la dignidad de la mujer en María! La dignidad de la Santísima Virgen imprime su tinte a mi persona, a mi cuerpo, a mi alma. La mujer que ve y siente de ese modo, en la imagen de la Santísima Virgen, refleja su propia gloria y grandeza"Cuando contemplamos su imagen contemplamos al mismo tiempo la imagen de nuestra propia dignidad y grandeza" (P.Kentenich).Mujeres, nosotros somos la cuna de la vida; somos, la esperanza de la Humanidad. No nos dejemos distraer por discursos ajenos a nuestros valores, seamos lo que estamos llamadas a ser: OTRA MARIA. AMÉN Oración Final ¡Oh María, Madre de Jesús nuestro Salvador y nuestra buena madre! Nosotros venimos a ofrecerte con estos obsequios que colocamos a tus pies, nuestros corazones deseosos de agradecerte y solicitar de tu bondad un nuevo ardor en tu santo servicio.Dígnate presentarnos a tu Divino Hijo que, en vista de sus méritos y a nombre su Santa Madre, dirija nuestros pasos por el sendero de la virtud, que haga lucir con nuevo esplendor la luz de la fe sobre los infortunados pueblos que gimen por tanto tiempo en las tinieblas del error; que vuelvan hacia Él y cambien tantos corazones rebeldes, cuya penitencia regocijará en su corazón y el tuyo.Que confunda a los enemigos de tu Iglesia, y que, en fin, encienda por todas partes el fuego de tu ardiente caridad; que nos colme de alegría en medio de las tribulaciones de esta vida y de esperanza para el porvenir. Amén.