Mes de María

Oración inicial Oh! María, durante el bello mes que te está consagrado todo resuena con tu nombre y alabanza. Tu santuario resplandece con nuevo brillo y nuestras manos te han elevado un trono de gra...

Martín Amenabar Ramirez

Oración inicial Oh! María, durante el bello mes que te está consagrado todo resuena con tu nombre y alabanza. Tu santuario resplandece con nuevo brillo y nuestras manos te han elevado un trono de gracia y de amor, desde donde presides nuestras fiestas y escuchas nuestras oraciones y votos.Para honrarte hemos esparcido frescas flores a tus pies y adornado tu frente con guirnaldas y coronas. Mas, ¡Oh María!, no te das por satisfecha con estos homenajes; hay flores cuya frescura y lozanía jamás pasan y coronas que no se marchitan. Éstas son las que esperas de tus hijos, porque el más hermoso adorno de una madre es la piedad de sus hijos, y la más bella corona que pueden depositar a sus pies es la de sus virtudes.Sí, los lirios que tú nos pides son la inocencia de nuestros corazones. Nos esforzaremos pues, durante el curso de este mes consagrado a tu gloria, ¡oh virgen Santa!, en conservar nuestras almas puras y sin mancha, y en separar de nuestros pensamientos deseos y miradas, aún la sombra misma del mal.La rosa cuyo brillo agrada a tus ojos es la caridad, el amor a Dios y a nuestros hermanos. Nos amaremos pues, los unos a los otros como hijos de una misma familia cuya madre eres, viviendo todos en la dulzura de una concordia fraternal.En este mes bendito procuraremos cultivar en nuestros corazones la humildad, modesta flor que te es tan querida, y con tu auxilio llegaremos a ser puros humildes, caritativos, pacientes y esperanzados.¡Oh María!, has producir en el fondo de nuestros corazones todas estas amables virtudes. Que ellas broten, florezcan y den al fin fruto de gracia, para poder ser algún día dignos hijos de la más santa y de la mejor de las madres.Amén. Meditación Martín Amenabar Ramirez. La reflexión de este lunes va dedicada especialmente a los jóvenes, para que luchen por sus convicciones.  Al igual que María, que tuvo que cumplir el mandato de Dios a toda costa; traer un hijo-rey al mundo.  Es en esa sencillez y esfuerzo, de andar cientos de kilometros en burro, tener a Jesús en un pesebre ( establo de caballos), en fin,  a eso es lo que se llama; salir de la superficialidad.Empecemos en este mes a preocuparnos de lo que realmente importa: amigos, familia, estudios, trabajos, etc.  Los que trabajan,  preocuparse por sus empleados, los que estudiamos, por los auxiliares, por las asesoras del hogar, etc. La invitación es a ver a Cristo en cada uno de los que vemos a diario.Baja a la sencillez de Dios nacido en la humildad; Busquemos lo importante, la imagen de Dios en las cosas pequeñas (la creación, las personas mencionadas anteriormente). Seamos niños ante Dios, frágiles, arrepentidos, que se dejan sorprender por lo que sucede en el exterior. En fin buscar la humildad humana. Como dice en el evangelio de Mateo (18, 1-5) "En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto  os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe". Sabemos que todos caemos y fallamos, nos equivocamos continuamente, pero lo importante es levantarse, consciente de la propia debilidad, por eso te digo a ti, joven: ¡levántate! Martin Amená Oración Final ¡Oh María, Madre de Jesús nuestro Salvador y nuestra buena madre! Nosotros venimos a ofrecerte con estos obsequios que colocamos a tus pies, nuestros corazones deseosos de agradecerte y solicitar de tu bondad un nuevo ardor en tu santo servicio.Dígnate presentarnos a tu Divino Hijo que, en vista de sus méritos y a nombre su Santa Madre, dirija nuestros pasos por el sendero de la virtud, que haga lucir con nuevo esplendor la luz de la fe sobre los infortunados pueblos que gimen por tanto tiempo en las tinieblas del error; que vuelvan hacia Él y cambien tantos corazones rebeldes, cuya penitencia regocijará en su corazón y el tuyo.Que confunda a los enemigos de tu Iglesia, y que, en fin, encienda por todas partes el fuego de tu ardiente caridad; que nos colme de alegría en medio de las tribulaciones de esta vida y de esperanza para el porvenir. Amén.